El grupo de Rural I en la quesería de los Muñoz, parece que fuera medio día por las caras de almuerzo. Estas fotografías son de una salida de campo que realizó el profesor de la materia "sociología rural", al Municipio de Urrao en Antioquia. Allì fuimos a mirar varias cosillas...claro está con el lente de un investigador social, aunque en alguna ocasiones fue inevitable pasárselas de turista.
Entre todas las cosas, fuimos a una empresa de queso dulce, què delicia... (no crean que es cocaína, es queso)
El grupo de rural visita a uno de los puentes colgantes del pueblo.
Las caminadas abundaron por montón, salimos del casco urbano para conocer la periferia... el pueblo desde allí se veía pequeño y perdido entre el valle del Penderisco.
Camilo, Ronald, Laura, Luisa, Jorge en busca de alimento, de ahí nos fuimos para la hacienda en la que estábamos hospedados.
También quedó un poco de tiempo para calmar la fatiga, entramos a lo que podríamos llamar una pizzerìa de pueblo, y nos comimos una pizza muy rara, pues según decía la carta, era una "pizza con aliños", con el hambre que teníamos, que rica estuvo.
Recorrí cuatro veces el cultivo (4x 1hectárea) que cansancio... no se como lo hacen todo el día.
Entre todas las practicas rurales, el profe me montó este ultramegapropulsor a chorro de contaminantes para que supiera lo bueno que es vivir en la ciudad, y solo pensar que a un campesino por hacer esto todo el día sólo le pagan 14000$ pesos sin derecho a prestaciones, salud, y una vida digna...
Casa contadora.
No hace mucho la violencia azotó a este pueblo, pues de toda la vida ha sido de tradición guerrillera, en el 30 ya sucedían las primeras masacres de campesinos por peleas entre conservadores y liberales, luego las guerrillas predominaron y más tarde llegaron los fachos de los para militares y el conflicto agudizó, una muestra cruda de ello, es ver casas abandonadas y agujereadas por metralla en las veredas. ¿Que será de quienes habitaron allí?...
Al otro día visitamos un territorio de las FARC: la vereda Pavón, que en realidad debería llamarse: Pavor... aparentemente no nos encontramos con ningún camuflado, pero la sensación de ser observados era abrumadora... luego era difícil desplazarse por la carretera al saber que podrías encontrar una mina antipersonal con cada paso que dieras. Era espantoso saber un campo tan bello y tan lúgubre, lleno de casas abandonadas. Cuando será que nos liberamos de este yugo político!!!
La sala
La cocina y el toque especial de mi mamà
Cocina
Barra comedor
Nuestra cabaña en el Peñol
Èstos personajes que ven aquí son nada más y nada menos que algunos compañeros del trabajo, y yo. Nos dedicábamos esa mañana de julio, a caminar al rededor del embalse de Piedras Blancas, ubicado en el costado oriental de la ciudad de 
