Al chaval le encantan las galletas, y seguro que más tarde le dará sueño, aquí estábamos disfrutando de un sábado en la mañana, salimos como pegados al paisaje...
Por suerte, hace poco le agregamos dos hamacas al
refugio de verano; cuando
estás sobre ella y miras a tu costado es como si
estuvieras volando sobre el verde relieve. Al fondo se divisa el valle encantado de las guayabas...
2 comentarios:
Que envidia tan grande siento; cuanto me gustaria estar en tu lugar!
Hola, definitivamente Miguel es lo mas hermoso que tines...ja.ja.ja
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